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La Sorpresa del Novio

La Sorpresa del Novio "¿Ves como yo tenía razón, Fifí mío, y siempre debes hacer caso a tu madre?"
Esto fue lo único que acertó a decirle a su hijo la marquesa...

Conocí a Jennifer hace tres años en una discoteca. Ella era gogó. Nunca olvidaré la apuesta que hice con mis aigos. "Whisky hasta que te hartes si consigues llevártela a la cama".
Y me harté. De whisky y de una cama siempre deshecha por ella.
Me harté tanto que a los dos meses me fui a Colorado a trabajar en un Mc Donald´s; y no es que en España no haya sitios para hacerlo, es que aquello estaba muy lejos.
Para entonces ya estaba de vuelta de todo y siempre he pensado que el traslado a Estados Unidos fue lo único que evitó otra desgracia. Algo más que añadir al suicidio de mi padre y el atropello de mi hermano pequeño que le dejó para siempre postrado en una silla de ruedas.

Volví hace ya más de un año y supe de la futura boda por las revistas que mi madre devora en las interminables tardes de peluquería y que, casualmente, siempre olvida devolver a su cesta.
Sólo tuve que hacer una apuesta más con los pocos amigos que, de aquellos que así se hacían llamar hace tres años, me quedan. Sólo un pequeño trámite para trabajar como camarero en aquel hotel y aquella precisa noche. Sólo esperar unos cuantos años para empezar a vengarme del capullo de Fifí.

Y espera, pijo de mierda, porque me queda aún mucha cuerda para hacerte pagar por conducir aquel deportivo borracho como una cuba.

A mí no podrá comprarme tu mamá. Yo no soy aquel juez que dejó un delito impune. Ese que acaba de salir del baño tan ebrio como para no darse cuenta de que aquélla que acompaña al camarero, en la incómoda y vergonzosa situación en que acaban de ser descubiertos, lleva un no tan inmaculado vestido de novia.

2 comentarios

sonia -

agradezco todo tipo de comentarios, así que... SE ME ENAMORAAAAAAAAA

Ana -

y esoooooooooooo.......