De "cacería" a Cuba
El otro día me contaron que un par de amigos, que llevaban un tiempo casados, tenían ganas de echar una canita al aire. Decidieron comprar un par de billetes de oferta para pasar un finde en Cuba.
Como eran aficionados a la caza, les contaron a sus mujeres que se iban de montería a una finca de Sierra Morena.
El caso es que se marcharon de sus casas, con sus gorros de plumas de faisán, sus trajes de camuflaje, sus escopetas y sus cartuchos. Se cambiaron de ropa en el coche y, ya vestidos con sus bermudas y camisas de floripondios, entraron en el aeropuerto para coger el avión a .Cuba.
Por supuesto dejaron el coche aparcado en Barajas con la ropa y los utensilios de caza. El problema apareció cuando en un registro rutinario del parking, los perros policía detectaron el olor a pólvora de los cartuchos y dan la alarma. La policía se desplaza al lugar para investigar el vehículo, no sin antes intentar localizar a su propietario.
La Policía llamó al dueño del coche y habló con su mujer, que muy sorprendida afirmaba que su marido se había ido con un amigo de montería. A lo que la Policía contestó que los únicos cuernos que iba a haber eran los suyos, ya que su marido estaba en Cuba, según les había dicho la compañía aérea.
Como eran aficionados a la caza, les contaron a sus mujeres que se iban de montería a una finca de Sierra Morena.
El caso es que se marcharon de sus casas, con sus gorros de plumas de faisán, sus trajes de camuflaje, sus escopetas y sus cartuchos. Se cambiaron de ropa en el coche y, ya vestidos con sus bermudas y camisas de floripondios, entraron en el aeropuerto para coger el avión a .Cuba.
Por supuesto dejaron el coche aparcado en Barajas con la ropa y los utensilios de caza. El problema apareció cuando en un registro rutinario del parking, los perros policía detectaron el olor a pólvora de los cartuchos y dan la alarma. La policía se desplaza al lugar para investigar el vehículo, no sin antes intentar localizar a su propietario.
La Policía llamó al dueño del coche y habló con su mujer, que muy sorprendida afirmaba que su marido se había ido con un amigo de montería. A lo que la Policía contestó que los únicos cuernos que iba a haber eran los suyos, ya que su marido estaba en Cuba, según les había dicho la compañía aérea.
2 comentarios
eduardo -
Maite Pérez -